Bueno, pues ya estamos en nuestro viaje de 10 días a Cepovan, Eslovenia, para participar en el Intercambio juvenil. No ha sido fácil llegar, pero esperamos que valga la pena.
Salimos de Zaragoza antes de las 4 de la mañana, en autobús, para ir hasta Barcelona. La verdad es que tuvimos suerte, porque el autobús era muy moderno, con asientos muy cómodos, pantallitas individuales para ver pelis, series, escuchar música... y hasta nos regalaron un botellín de agua al subir.
En Barcelona cogimos el metro y un bus para ir al aeropuerto. Llegamos con tiempo, así que nos dio tiempo de desayunar antes de montarnos en el avión a Venecia.
Ya en Venecia, algunos compramos unas porciones de pizza para comer. Nos esperaban otras 2 horas y media de tren, y teníamos que reponer fuerzas tras tener que arrastrar las maletas por un puente con escaleras junto a la estación. ¡A quién se le ocurre!
A las 5 y media de la tarde llegamos por fin a Gorizia, último pueblo de Italia antes de la frontera con Eslovenia, donde nos fueron a buscar 2 miembros de la organización con 2 furgonetas. Como podéis ver, para entonces ya estábamos bastante cansados.
Y tras una parada en Nova Gorica, la ciudad más próxima a Cepovan, donde visitamos el centro juvenil, nos llevaron al albergue. Está en medio de la montaña y lo han rehabilitado los jóvenes dinamizadores de aquí. Está guay.
Cenamos a las 7 y media (¡el resto de días cenaremos a las 6!) y después hicimos algunos juegos para empezar a conocer los nombres de todos. La comida era un poco rara, pero luego también nos dieron helados por si nos habíamos quedado con hambre.
Y tras un ratito en el fuego de campamento, nos fuimos a dormir, porque ya estábamos agotados. ¡Mañana más!